TRABAJO CON EL CONCEPTO “MITO DE MEDEA”. La voluntad de Medea es muy amplia y así lo he sentido. El arrojo hacia lo desconocido y el abandono de la tradición es una contemplación alejada de mi misma y ha sido difícil empatizar con ella. Estando en un país diferente con una cultura propia del lugar, se puede pensar que es fácil dejar la raza de lado pero no lo es. Yo personalmente siempre quiero volver a mis raíces próximas, a mi madre y a mi abuela. Conozco partes y quiero seguir descubriendo lo desconocido pero no abandonaría aquello a lo que pertenezco. La resistencia del amor es lo único que logra transformar las cosas, Medea por amor, abandona lo que es pero yo no sería capaz de abandonar mi Tierra porque siento amor por ella. Pienso que hubiese necesitado más tiempo para trabajar este primer concepto que se nos planteo porque no he llegado aún a entender que tipo de amor es el que mueve a Medea. La segunda idea que se nos expuso fue la maternidad. Para mi la maternidad tenía su sentido y su momento pero se nos planteo de otra manera (creo) y ahora pienso en maternidad como un sentido de amor y responsabilidad frente a lo que das y lo que te dan. Yo decidí no ser madre por amor propio y no por amor materno y pienso que Medea en cierto sentido concibe y mata a sus hijos por otro tipo de amor que no es el materno. Y otra vez, el amor transforma el rumbo de las historias. El último concepto que trabajamos fueron las traiciones ligados a acciones físicas. El primer día que trabajé con ellas fue doloroso y no podía decir palabra. Abrí la dimensión sensitiva del recuerdo de la traición pero no llegue a abrir otras dimensiones sensitivas ya que solo me llegaba su imagen, como una estampita de la Virgen. Ahora, pensando en el recuerdo de la traición, recuerdo el sonido de su risa o los estampados de su ropa pero en el momento no fui capaz y a medida que pasaba el tempo de trabajo se me hacia mas amargo el material y decidí plantearlo de otra manera. Intenté contrastar el trabajo con el material del anterior proyecto “Leyenda sobre ruinas circulares” para intentar llevarlo por otro camino. Encontré un color, un elemento y un sentido. Mientras que en “Leyendas sobre ruinas circulares” fue el ocre oscuro, la Tierra y las raíces, en “Genius Loci” fue el amarillo, el Agua y la resistencia del amor. Bueno pues me sirvió de poco porque no supe desencajar las memorias de las traiciones y los hechos con las acciones físicas y ponerlas voz con un poema nostálgico y ademas, no supe cómo jugar y cómo comunicar el amarillo, el agua y la resistencia del amor. Ha sido una experiencia buena, dura y cansada. La repetiría de nuevo ya que creo que no he llegado a aprender todo lo que se ofrecía porque al pensar en la traición, en la muerte, se me encoge todo y se me cierran puertas. Deseo como ya dije, saber aceptar las cosas como vienen. Pienso mucho en cómo expresar y mostrar la belleza interior y cómo sacar lo bello de la tragedia y una vez más este proyecto me ha servido de ayuda además, para visualizar un cachito de camino para llegar a la respuesta. Quiero explicar porqué el amarillo es el color de este proyecto. Trabajando en él, cuando los compañeros respondían a sus tres verbos activos en voz alta, sentía un destello en mi mente como cuando te alumbran los ojos con una luz intensa. El amarillo de la Luna redonda a la llegada, el de los nenúfares del poema de Emily Dickinson, el de la cúrcuma en la tarima porque nunca la vi volar y la imagen de Remus lavándose las manos con jugo de limón.
Carmen Montoya